Cien años de soledad
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Contenuto: Una de las obras literarias más influyentes de nuestro tiempo, Cien años de soledad sigue siendo un logro deslumbrante y original del magistral Gabriel García Márquez, ganador del Premio Nobel de Literatura.
Narra la historia del auge y caída, nacimiento y muerte de la mítica ciudad de Macondo a través de la historia de la familia Buendía. Divertida, magnética, triste y llena de vida con hombres y mujeres inolvidables - rebosante de verdad, compasión y una magia lírica conmovedora - esta novela es una obra maestra en el arte de contar historias.
Narra la historia del auge y caída, nacimiento y muerte de la mítica ciudad de Macondo a través de la historia de la familia Buendía. Divertida, magnética, triste y llena de vida con hombres y mujeres inolvidables - rebosante de verdad, compasión y una magia lírica conmovedora - esta novela es una obra maestra en el arte de contar historias.
Frases de “Cien años de soledad” 46 citas
- La trovi in Vejez
“Había tenido que violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad.”
“De todos modos no entendía cómo se llegaba al extremo de hacer una guerra por cosas que no podían tocarse con las manos.”
“El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”
“Entonces empezó el viento, tibio, incipiente, lleno de voces del pasado, de murmullos de geranios antiguos, de suspiros de desengaños anteriores a las nostalgias más tenaces.”
“Tan pronto como José Arcadio cerró la puerta del dormitorio, el estampido de un pistoletazo retumbó en la casa. Un hilo de sangre salió por debajo de la puerta, atravesó la sala, salió a la calle, siguió en un curso directo por los andenes desparejos, descendió escalinatas y subió pretiles, pasó de largo por la Calle de los Turcos, dobló una...” (continúa)(seguir leyendo)
“El mundo habrá acabado de joderse —dijo entonces— el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga.”
“Pero la india les explicó que lo más temible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía cansancio alguno, sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido.”
“Para los forasteros que llegaban sin amor, convirtieron la calle de las cariñosas matronas de Francia en un pueblo más extenso que el otro, y un miércoles de gloria llevaron un tren cargado de putas inverosímiles, hembras babilónicas adiestradas en recursos inmemoriales, y provistas de toda clase de ungüentos y dispositivos para estimular a los...” (continúa)(seguir leyendo)
“Las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.”
“La ciencia ha eliminado las distancias, pregonaba Melquíades. Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.”
“Fernanda, en cambio, lo buscó únicamente en los trayectos de su itinerario cotidiano, sin saber que la búsqueda de las cosas perdidas está entorpecida por los hábitos rutinarios, y es por eso que cuesta tanto trabajo encontrarlas.”
“—Dígale —sonrió el coronel— que uno no se muere cuando debe, sino cuando puede.”
“Las cosas tienen vida propia —pregonaba el gitano con áspero acento—, todo es cuestión de despertarles el ánima.”
“El coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió todos. Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres distintas, que fueron exterminados uno tras otro en una sola noche, antes de que el mayor cumpliera treinta y cinco años. Escapó a catorce atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de...” (continúa)(seguir leyendo)
“¿Qué día es hoy? Aureliano le contestó que era martes. Eso mismo pensaba yo, dijo José Arcadio Buendía. Pero de pronto me he dado cuenta de que sigue siendo lunes como ayer. Mira el cielo, mira las paredes, mira las begonias. También hoy es lunes. Acostumbrado a sus manías, Aureliano no le hizo caso. Al día siguiente, miércoles, José Arcadio...” (continúa)(seguir leyendo)
“Porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla.”
“¿Está, coronel? —le dijo al pasar. —Aquí —contestó él—. Esperando que pase mi entierro.”
“Buscando el interés encontró el amor.”
“El primero de la estirpe está amarrado en un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas.”
“—¡Ah! —dijo—, entonces usted tampoco cree. —¿En qué? —Que el coronel Aureliano Buendía hizo treinta y dos guerras civiles y las perdió todas —contestó Aureliano—. Que el ejército acorraló y ametralló a tres mil trabajadores, y que se llevaron los cadáveres para echarlos al mar en un tren de doscientos vagones. El párroco lo midió con una mirada...” (continúa)(seguir leyendo)
“Aturdido por dos nostalgias enfrentadas como dos espejos, perdió su maravilloso sentido de la irrealidad, hasta que terminó por recomendarles a todos que se fueran de Macondo, que olvidaran cuanto él les había enseñado del mundo y del corazón humano, que se cagaran en Horacio, y que en cualquier lugar en que estuvieran recordaran siempre que el...” (continúa)(seguir leyendo)
“Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en...” (continúa)(seguir leyendo)
“Los conservadores, en cambio, que habían recibido el poder directamente de Dios, propugnaban por la estabilidad del orden público y la moral familiar; eran los defensores de la fe de Cristo, del principio de autoridad, y no estaban dispuestos a permitir que el país fuera descuartizado en entidades autónomas.”
“—Diremos que lo encontramos flotando en la canastilla —sonrió. —No se lo creerá nadie —dijo la monja. —Si se lo creyeron a las Sagradas Escrituras —replicó Fernanda—, no veo por qué no han de creérmelo a mí.”
“Nunca fue mejor guerrero que entonces. La certidumbre de que por fin peleaba por su propia liberación, y no por ideales abstractos, por consignas que los políticos podían voltear al derecho y al revés según las circunstancias, le infundió un entusiasmo enardecido.”
“Los liberales, le decía, eran masones; gente de mala índole, partidaria de ahorcar a los curas, de implantar el matrimonio civil y el divorcio, de reconocer iguales derechos a los hijos naturales que a los legítimos, y de despedazar al país en un sistema federal que despojara de poderes a la autoridad suprema.”
“Intrigado con ese enigma, escarbó tan profundamente en los sentimientos de ella, que buscando el interés encontró el amor, porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla.”
“la tribu de Melquíades, según contaron los trotamundos, había sido borrada de la faz de la tierra por haber sobrepasado los límites del conocimiento humano.”
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