“- ¿Está casado?
- Sí, hace diez años. Es la madre de mis hijos.
- ¿Y la ama?
- Sí. Ella no me creerá si le digo, pero mi corazón le pertenece. Créeme, le pertenece.
- Le voy a creer si me quita la mano de encima.”

“- Maldita sea mi esposa está aquí.
- Qué gracioso, porque antes nunca te pareció tan importante.”

“No es un nidito de amor si mi esposa escoge las cortinas.”

“Las mujeres necesitan aferrarse a sus esposos.”

“Siempre quise ir a Japón con él. Ver el Monte Fuji y las flores del cerezo. No me imagino viendo algo sin mi esposo. Sería como no ver nada. ¿Cómo podría vivir sin él?”