“- ¡Mis piernas! ¡No puedo moverlas! ¡Ese cabrón me ha quitado las piernas!
- Pero si tú nunca has podido andar.
- Ah, es verdad.”

“La discapacidad la va a tener siempre, le estamos enseñando a manejarla.”
Roberto Chinchilla - Román

“Solo me queda la cabeza para elevarme. Cuando el dolor me deja en paz, me queda el espíritu. Mi verdadera discapacidad no es estar en silla de ruedas. Es estar sin ella.”

“Puede ser fea, gorda, y quizá hasta minusválida. Pregúntele al final del poema: En cuanto al peso, ¿cómo eres?”

“¿Cómo va a hacer la educación sentirnos mejor?. Cada vez que aprendo algo nuevo empuja a algo que ya había aprendido. Recuerda cuando hice aquel curso de probador de vinos, que se me olvidó cómo conducir…”