Frase de Joseph Conrad Frases de Joseph Conrad
  • “Hice un movimiento brusco y uno de los postes restantes de la valla desaparecida apareció de un salto en mi campo visual. ¿Recuerdan que mi atención había sido golpeada por unos objetos esféricos en la cima de esos postes, una ornamentación notable en ese lugar deshecho? Entonces los vi de cerca, y lo primero que pasó fue que eché hacia atrás la cabeza, como si me hubieran lanzado un puño. Luego pasé mi vista por cada poste, y entendí mi error. Esas piezas redondas no eran ornamentos sino símbolos; expresivos, enigmáticos, sorprendentes e inquietantes, alimento para la reflexión y también para los buitres, si es que alguno había mirado hacia bajo desde ese cielo, pero en todo caso para las hormigas, pequeños animales tan trabajadores como para escalar a la cima de esos postes. Hubieran sido aún más impresionantes, esas cabezas clavadas en las estacas, si sus rostros no hubieran estado vueltos hacia la casa. Solo una, la primera, me miraba de frente. No era tan desagradable. El salto que había dado había sido producido por la sorpresa. Había esperado encontrarme ahí con una bola de madera, ya saben. Volví a mirar la cabeza. Allí estaba, negra, seca, consumida, los párpados cerrados, una cabeza que parecía dormir en la cima del poste, con los labios encogidos, deshidratados, enseñando la línea blanca de sus dientes, eternizando su sonrisa en el sueño interminable y jocoso de su descanso eterno.”
    Joseph Conrad
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libro (El corazón de las tinieblas)

21/07/2013 a las 15:55
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