“Por hombre de carácter entiendo al que tiene el propósito de permanecer tal como es, perseverando en sus miras y en su conducta; a aquel cuya vigilancia fuerte y voluntad firme no sufren que tome los matices de las cosas que le rodean; a aquel que no
muda de sentimientos ni por los sucesos, ni por las sensaciones, ni por el miedo al ridículo; que no enciende una vela a Dios y otra al diablo; que se afana no por parecer otro del que es, sino por ser tal como desea parecer; que no va en pos de la popularidad traicionando a su conciencia; que no busca tanto su propio bien cuanto el bien que puede hacer a otros; que sabe lo que hace y por qué lo hace; que siente con nobleza, mantiene varonilmente, espera con gallardía, con alteza de miras, claridad de propósitos y franqueza de actos.”
Cesare Cantù